Mauricio Durán, Vicepresidente de Filiales: “Hay que consolidar el trabajo de cinco años en los territorios”

El Vicepresidente de Filiales conversó con Pasión del Pueblo sobre el trabajo territorial de las filiales en nombre de Colo-Colo y reconoció que se ha avanzado mucho camino gracias a todos los proyectos sociales que han encabezado socios y socias.


“Nunca imaginé tener un cargo en algún Directorio Nacional del Club”, reconoce Mauricio Durán, mientras junto al equipo de Pasión del Pueblo se dirige hasta el sector Arica del Monumental para realizar la entrevista. Con la frente fruncida por el sol, cuenta que una de sus mayores alegrías en la vida es Colo-Colo.

Criado por su abuela paterna en una casa de Las Condes, conoció los estadios gracias a su padre que domingo a domingo lo llevaba al estadio Nacional a ver las jornadas dobles y triples. Allí, pese a que su papá era de Universidad Católica, el color blanco de la camiseta de Colo-Colo y su forma de jugar le robó el corazón.

De ahí en más, nunca se despegó del Cacique y pese a las adversidades, siempre se las rebuscó para poder acompañar al Club. Hoy sus funciones no se alejan de la galería y desde allí, trabaja junto a las filiales de Colo-Colo por llevar la Institución a todos los territorios.

Mauricio Durán, bienvenido. ¿Cómo estás?

Bien. Agradezco la invitación y es un placer acompañarlos.  

Te toca asumir la vicepresidencia de filiales después de un mandato anterior. ¿Cómo tomas esta responsabilidad?

Es un desafío grande, obviamente trabajar el territorio es complejo, requiere mucho tiempo, mucha dedicación, formar un equipo de trabajo que nos pueda cubrir el país es difícil. Centralizar el trabajo territorial en Santiago, siempre ha sido complejo. Encontrar las personas que estén dispuestas a trabajar en esto cuesta un poco. Pero pudimos formar el grupo y asumir como tal en el Directorio Nacional y empezar el trabajo abocado a levantar más territorios para el Club. 

Antes de ser vicepresidente de filiales, tú tienes una vida ligada a Colo-Colo como hincha, socio, barrista, y venimos al sector Arica porque acá están tus inicios. Cuéntanos cómo te hiciste hincha de Colo-Colo.

Mira, justamente este año cumplo 30 años como socio. Me inscribí el 89 y fue el regalo de cumpleaños que le pedí a mi papá. Esto, eso sí, parte antes. Mi papá muy futbolero, hincha de católica, me llevaba a las jornadas dobles y triples. Colo-Colo no tenía estadio, Católica tampoco, y él como hincha del fútbol iba a ver todas estas jornadas. En su corazón, yo creo que él esperaba que fuera hincha de Católica, pero a mí me llamaba mucho la atención los de blanco, su forma de jugar, lo aguerrido que eran, que no daban los partidos por perdidos. Algunos jugadores que marcaron historia, entonces, visualmente era muy grato verlos y ahí comenzó el cariño especial por el Club. Empecé a acompañar cada fin de semana y muy calladito hinchaba por Colo-Colo, para que mi papá no se sintiera mal. Y recuerdo que en un paseo a la playa, me dijo que eligiera un gorrito, y bueno, evidentemente le dije que el de Colo-Colo. Creo que le rompí el corazón para ser sincero, pero mis gustos estaban claros. Yo ya sabía que era colocolino y que eso no cambiaría. 

Después me hago socio y empiezo a venir solo. Por temas de vida, yo vivía en Las Condes con mi Nona. Ella trabajaba de nana. 

¿Tu nona es? 

Mi abuela. Yo soy criado por abuela. Entonces, me venía de Vitacura al estadio, comencé a venir solo, hincha NN por mucho tiempo y así me tocó vivir la Libertadores. No vine a la final. Y me tocó esa época dorada en la barra. Y desde ahí, mi vida continúo entorno al Club siendo socio, y luego pasó el tiempo, me cambié a Puente Alto a mi casa definitiva donde vivo actualmente. Y ahí conocí a mis amigos, la gente del barrio y cambia la historia porque dejé de venir solo. Formamos un 'piño' en esa época y desde ahí están los inicios de lo que hago actualmente en el Club. 

Contaste hartas cosas, así que vamos por parte. Primero, fuiste criado por tu abuela en una casa que no era suya. ¿Cómo fue esa experiencia?

Era bien loco. Es como la típica historia de teleserie de los 80. Mi papá hijo de nana, mi mamá hija de una persona de clase media alta y por esos azares del destino nací yo. Era una pareja muy joven por lo tanto nunca se constituyó y mi cuidado lo asumió mi abuela paterna con todas las carencias que eso llevó. No tener una casa, vivir con sus patrones en espacios reducidos, con su hija menor, entonces fue una crianza llena de amor y cariño entre los tres. 

Crecer con tu abuela es muy distinto. Hay otros valores, te enseñan otras cosas, valoras otros temas, que tienen que ver con valorar el día a día, las cosas cotidianas. Así fue mi crianza. Y tenía la dicotomía con mi otra abuela que tenía plata, vivía en una casa más grande y en la época de adolescencia, fue súper difícil saber de dónde soy. De dónde pertenezco. Si donde vivía mi papá en la periferia, o allá arriba que es otro mundo. Fue complejo, pero crecí con mucho cariño por parte de mis abuelas. 

¿Y tú papá dónde vivía?

Mi papá vivía en San Luis de Macul, en La Granja, en Lo Martínez. Vivió en varias partes, entonces yo lo veía los fines de semana. Lo íbamos a ver con mi Nona. 

 

¿Igualmente tenías posibilidades de vivir más tranquilo con tu abuela? 

Si poh. Ahí tenía colegio, un lugar donde estar y luego en la media me fui internado al INBA. Y ahí hice mi media. Y los fines de semana me iba con mi abuela hasta que nos cambiamos a Puente Alto. 

¿Y tú mamá? 

Vivía en Horcón, así que no tenía mucha relación. Allá hizo su vida familiar. Tuvo a mi hermano y vivió por muchos años allá. Nuestra relación era muy descontinua. No había algo cotidiano. Y con mi papá, cuando se volvió a casar, formó su familia y se fue a su casa. Por eso te digo que mi familia es mi Nona, porque me crie con ella y con ella me sentí contento y feliz. 

¿Y cómo es la relación en la actualidad con tu Nona? 

Bien, ella vive con mi tía, tiene 80 años, hace unos días estuvo de cumpleaños y con todo el trabajo del club lamentablemente la veo muy poquito, igualmente me pego el pique a la Ciudad del Valle a verla y la relación es muy fraterna, ella es el amor de mi vida en cuanto a lo que uno ve como mamá. 

Y bueno, mi otra abuela también, ellas son mis dos grandes pilares en la vida. 

En el día a día es difícil verte emocionado, pero ahora, te trajo muchos recuerdos esta conversación. 

Si poh, indudable. Crianza, vivencias, cosas que de repente uno en el momento no las valora, sino que las valoras con los años. Cuando ya tienes tu propia familia, ves lo que cuesta, todas las carencias que uno tiene que vivir y claro, me imagino que para ella tuvo que haber sido súper complejo vivir sola con dos chicos. 

Después de que se fueron a Puente Alto, empezaste a ser parte de un lugar y dices ‘yo soy de acá’. ¿Cómo fue ese proceso? 

Fue paulatino, yo vine mucho tiempo al estadio sólo y de repente me encontraba a los muchachos en la micro, y de repente me integro a los ‘Puente Albo 31’, que era el nombre del grupo. Y empezamos a ir juntos, se formaron lazos, fuimos creciendo, nos organizamos como grupo y nuestra organización era muy horizontal, entonces no había un liderazgo marcado, éramos muchos que trabajábamos en pro del piño, entendíamos que éramos una familia, nos apoyábamos en urgencias, nuestros hijos convivían y se formó una organización muy fluida. Ahí avanzamos como organización y nos dimos cuenta que más que un piño, podíamos ver otros temas, empezamos hacer un poco de asistencialismo en un principio. Onces para la gente en situación de calle, en navidad le llevábamos una cena, y el trabajo se fue dando de forma más continua y más específica. Abrimos una escuela de fútbol, va por su quinto año de funcionamiento, hay una micro estadio que trabaja con los muchachos, trabajan ahora en la celebración del día del niño, muchos esperamos el 19 de abril, lo hacemos hace mucho tiempo, fácil unos 14 o 15 años, donde empezamos con una pequeña velatón a conmemorar la llegada del 19 y eso fue creciendo y aumentando y ahora es una tradición. Lo bonito es que se ha ido replicando en muchos barrios y hoy en día es como un año nuevo en Santiago y otras regiones.

Según tu infancia y adolescencia comenzaste a venir a la popular. 

Yo siempre vine a galería. 

¿Y con tu papá igual?

Si. Nos colocábamos en los codos. Recuerda que antes la tribuna Andes, era galería. Estaba todo comunicado, era muy amplio el lugar. Yo siempre recuerdo los codos.

¿Y cuándo comenzaste a venir sólo al estadio también te ubicabas en la galería?

Si, y bueno, también porque uno busca la comodidad en los lugares, la pasión que se siente acá en Arica, el vivir el partido, es distinto. Entonces cuando eres cabro chico, te tira venir acá. 

Trabajaste en el 31 con los muchachos y en Puente Alto hay otros grupos de socios que de un momento a otro formaron la Filial Marcelo Espina. ¿Cómo se dio ese proceso y en qué etapa de la vida los encuentra?

Eso nos pilla más grandes, post quiebra. La mayoría estábamos más adultos y con familias constituidas. Teníamos un trabajo constante. Hacíamos un tema muy continuo en el territorio y a través de amigos que estaban trabajando en la filial, me invitan a participar. En la primera reunión vimos lo que buscaban, se estaba por formar la primera escuela de fútbol en el 37 y darle las bases a este proyecto de filial en la comuna. Entonces había que unir fuerzas para el objetivo y desde ahí comienza un trabajo sostenido en las filiales donde cumplí cuatro o cinco años. 

¿Esa experiencia te lleva a ser vicepresidente de Filiales?

Sí, claro. Ahí uno trabajaba como uno más de la filial, en el territorio, con el tiempo inauguramos la escuela del 31 y luego con el tiempo, los muchachos me piden que asuma la vicepresidencia. Me incomodó al principio por la estructura, no quería pasar a llevar a nadie. Y con el tiempo decantó en que la gente si estaba unificada y ahí mi familia tiene mucho que ver. Me dijeron, ‘dale’, y trabajemos por el Club en el territorio. 

Tu familia es importantísima en este proceso. Andrea Gotelli es tu esposa. 

Si poh, vamos a cumplir 14 años de matrimonio, 18 de relación, y si poh. Pilar fundamental en todo esto. 

Y un poco rompiendo el círculo anterior, constituiste una familia. 

Sí, claro, claro. Nosotros tuvimos a Antonia, ella va a cumplir 16 años, ella ha estado muy involucrada en estos procesos, fue parte de la escuela, me acompaña a reuniones, es muy partner mi hija y mi mujer ni hablar. Ella es la que sostiene todas estas ausencias, tiempos que le terminas dedicando al club y no a tu familia, en definitiva es así. A mí me toca viajar mucho, por ver las filiales a nivel regional, son periodos que te ausentes y que si no tuvieras ese sostén y apoyo sería imposible. 

¿Y ella también trabaja en torno a Colo-Colo?

Si poh, ella estuvo muy metida en la escuela ‘El 31’, casi dos años, y ahora está más alejada porque hay otras responsabilidades. Tenemos nuestra hija y es nuestra obligación darle el tiempo que ella necesita. Entonces ahora está más alejada de responsabilidades directas. Aunque siempre me acompaña, está atenta de la vida del Club, y como te decía, es un pilar dentro de toda mi vida. 

¿Y la relación con tu hija?

Mi hija me acompaña al estadio hasta el día de hoy, me acompaña siempre según sus tiempos también porque los hijos crecen y tienen otras cosas que hacer, vida propia, actividades. 

E incluso a veces viene a Arica. 

Sipo, ella de repente viene para acá con la mamá porque Andrea sigue viniendo a Arica, ella no abandona su vida de tablón ni su gente. De hecho a mí me cuesta mucho no estar acá. Hasta el semestre pasado yo me seguía arrancando para acá. 

Y así, yo igual trabajo para estar pendiente y acompañar a mi hija en sus actividades propias, mantener ese vínculo lo más posible. 

Dentro de los trabajos dentro del Club, hay una liga de fútbol, una liga de básquetbol, constituciones de otras filiales. ¿Cómo ha sido este proceso desde que asume el actual directorio?

Ha sido largo. Muy lleno de vicisitudes de temas que uno no puede programar. Igualmente ha sido positivo, yo cumpliré un año seis meses en este rol. Hemos logrado levantar seis nuevos territorios en regiones, lo que estaba muy estancado en el Club hasta hace un tiempo. Eso habla muy bien del trabajo territorial, de cómo hemos focalizado el trabajo en regiones para darle cabida, reuniones, los zonales que son trabajos específicos para ver las demandas, las necesidades que tienen, hace unos meses compramos una máquina de electros, ahora compramos una segunda máquina de electros para poder ampliar los operativos, acabamos de terminar los exámenes de los niños y niñas de la Liga de Básquetbol, ahora empezamos con el fútbol. Hemos hecho exámenes a las ramas deportivas. Entonces esto es muy amplio. 

¿O sea se vincula con otras áreas del club?

Exacto. Es muy necesario. Con los voluntarios del Área Social. Estamos tratando de que esto sea un tema global e intentando que esto le dé un plus a nuestro trabajo en las escuelas y filiales y que realmente se sientan apoyados por el Club. 

El año pasado realizamos exámenes en regiones, este año lo replicaremos porque tenemos más escuelas, hay escuelas en Puerto Natales, Viña, Copiapó, Vallenar, Chañaral, Cabildo, entonces hay mucho desarrollo que debemos ayudar. Hay proyectos deportivos que se mantienen y es necesario darles las herramientas para poder sostenerlos en el tiempo. Ahora vamos a trabajar con alumnos en prácticas para que puedan ayudar a las escuelas y su desarrollo y lo de los exámenes es clave para poder darle un plus a las escuelas para que los niños, niñas y apoderados, puedan sentir que el club se preocupa más allá de que jueguen a la pelota o al básquet. 

¿En ese contexto, qué tan importantes son las filiales para el desarrollo del Club?

Es fundamental. Ahora el fútbol es muy difícil. No tiene la misma llegada masiva en medios, el CDF es pagado y el territorio acercó a Colo-Colo en un momento clave en que intentaron sacarnos y que viniera muy poca gente al estadio, que nadie se vinculara como socio. Ahí el territorio fue fundamental. Para levantarse y decir no, esta no es la forma de hacer Club. Entonces ahora, estamos en otra etapa, la de consolidar todo esto y el territorio es fundamental porque allí está el Club, la vía institucional está en el territorio, en los barrios, ahí se ve al colocolino, y debemos seguir vinculando este trabajo con la población y que la gente entienda que el Club es algo más allá de noventa minutos.

Y sobre ese Colo-Colo. ¿Cuál es el trabajo que se desarrolla en los barrios?

Hay un trabajo sostenido que se ha vinculado con escuelas deportivas, talleres, en su momento hubo preuniversitarios populares, se ha tratado de ir probando algunos métodos para poder vincularlos. Ahora hay filiales que trabajan con municipalidades, gobernaciones, personalidades jurídicas. Se han ganado fondos concursables y demuestran que son proyectos serios que proponen cambiar el modelo pagado. Acá nos marcaron que el deporte se paga, y ese modelo, hay que cambiarlo. Nuestras escuelas no buscan futbolistas, buscan que los niños y niñas se eduquen en una vida deportiva, más allá de llegar a ser deportistas profesionales. 

¿Qué se viene en el futuro dentro de la Vicepresidencia de Filiales? 

Se viene harto trabajo territorial, trabajo de base. Pronto tendremos el Zonal Norte, una zona que había estado muy alejada porque había poco trabajo, había pocas herramientas para poder llegar, ahora tenemos un director norte, que nos colabora mucho, Horst Kallens es tremendo aporte. El 24 de agosto tenemos el zonal allá y vamos a poder hacer una radiografía al respecto de cómo está cada territorio, luego tenemos el Zonal Centro. Más adelante, la reunión anual de filiales para medir los objetivos, repasar planificaciones para el próximo año, captaciones, elecciones de filiales. Así que hay mucho trabajo que nos relaciona con las distintas áreas del club, el mes de la niñez por ejemplo, hay actividades focalizadas para los niños de escuelas. Queda mucho trabajo y estamos con mucha energía para llevarlo a cabo. 

Después de la quiebra las filiales se comenzaron a agrupar en la Región Metropolitana. Algo inaudito antes de la quiebra porque estas sólo existían en otras regiones del país. Como Vicepresidente de Filiales. ¿Qué tanto beneficia estos grupos al Club?

Creo que ha sido un éxito y es muy bueno. Esto hay que ponerlo en contexto, el socio de los 80 y 90 era muy clientelista, era un socio que se dejaba llevar por los triunfos deportivos o por lo que decían los dirigentes del momento, sin empoderarse mucho, sin averiguar cosas, más bien era estar. Y ese fenómeno cambió. El socio de ahora, es cercano y a diferencia de otras épocas, el socio está dentro del Club y ha ido entendiendo que su posición es muy importante, no sólo es un voto más, es relevante porque el socio es constituirse, saber que el club nos necesita. Yo la verdad es que nunca pensé en llegar a un directorio del club. Mi trabajo era más bien territorial, trabajar por engrandecer a Colo-Colo en los barrios. Y el socio ha cambiado, y esa organización permitió que las filiales en Santiago lograran una representatividad en las comunas en cuanto a vernos, que Colo-Colo estaba vivo, y que las escuelas no cobraban y lograron mantenerse en el tiempo, la mayoría de ellas ya cumplió cinco años, eso habla de un trabajo prolongado y continuo. 

Algún mensaje a los socios, socias e hinchas.

Las puertas están abiertas en el Club. Que siempre hemos querido sumar gente, son todos y todas quienes pueden sumarse al Club. La fuerza de la gente es más que un eslogan, porque Colo-Colo, su fuerza, su vitalidad históricamente ha estado en sus socios y socias, es lo que nos ha mantenido en las grandes crisis de Colo-Colo. Esta crisis no es la primera, y tal vez no sea la última, pero siempre el socio levantará cualquier crisis. El socio debe entender que sin ellos, la Sociedad Anónima tiene el toro por las astas. No es lo mismo un Club con 400 socios, que un Club con 4 mil, 5 mil o 6 mil socios al día. No tiene la misma espalda. Una cuota va directamente a las ramas, a los proyectos sociales, trabajo en filiales, a todo lo que está enmarcando el club y eso es fundamental en esto. La voz del socio y su participación siempre será la más primordial, siempre. 

Muchas gracias Mauricio Durán. 

De nada, señor, muchas gracias a ustedes. 

CSD CC