Hacia una Política Deportiva Institucional para Colo-Colo

Planteamos la importancia de dotar a Colo-Colo de un Proyecto Deportivo que comience desde el reconocimiento de la historia de la institución, para poder proyectar un trabajo sistemático que nos conduzca a logros nacionales e internacionales.


En el marco de los Lineamientos Estratégicos 2019-2022, presentados por el Club Social y Deportivo Colo-Colo como propuesta marco para el gobierno de la concesionaria Blanco y Negro S.A., planteamos la importancia de dotar a Colo-Colo de un Proyecto Deportivo que comience desde el reconocimiento de la historia de la institución, para poder proyectar un trabajo sistemático que nos conduzca a logros nacionales e internacionales. De esta forma, Colo-Colo se instalará como un referente para el desarrollo deportivo en el país.

El CSD Colo-Colo encarna no solamente una historia de 95 años: encarna también el futuro. Con esta convicción, el año 2019, el CSD Colo-Colo en conjunto con académicos de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud (ECIADES) de la Universidad de Santiago de Chile, dio comienzo al trabajo de construcción de una Política Deportiva institucional, convocando instancias de diálogo y participación, y generando catastros y estudios de opinión con distintos actores: socios y socias, referentes del deporte colocolino, filiales y con la comunidad en general.

En concreto, se presentan a continuación un conjunto de ideas fuerza que han sido levantadas resguardando el espíritu de los Lineamientos Estratégicos 2019 – 2022, documento basal al que se suma los aportes del Cabildo Deportivo desarrollado en diciembre del año 2019 en Pedreros, los reportes de las filiales, y la caracterización de los menores que participan de las escuelas de básquetbol del CSD COLO-COLO.

¿Para qué una Política Deportiva Institucional?

Al analizar el circuito deportivo nacional e internacional, salvo algunas excepciones, hemos debido acostumbrarnos a mirar desde lejos las posiciones de liderazgo, mucho más lejos de lo que corresponde a la historia y el arraigo de este Club. En el fútbol profesional masculino, por ejemplo, hemos visto desfilar múltiples cuerpos técnicos, muy distintos en cuanto a sus concepciones futbolísticas, sus formas de trabajar y su relacionamiento con los distintos actores que rodean a la institución. Detrás de todo lo anterior, está la ausencia de una Política Deportiva que funcione como una columna vertebral de todo el quehacer deportivo de la institución, desde las primeras etapas formativas hasta la alta competencia.

Aquello no se conseguirá copiando mecánicamente el trabajo de otras instituciones, ni simplemente inyectando recursos. La gestación de una Política Deportiva Institucional es una estrategia que debe dar a Colo-Colo la seriedad, proyección, independencia e identidad para la participación ciudadana del pueblo colocolino en los procesos de establecer directrices permanentes, plásticas y anticipatorias que propician la gobernabilidad democrática y superan la mercantilización presente, llegando a constituirse en un mecanismo para el empoderamiento social, la co-construcción y la representación real de toda la familia alba.

La Política Deportiva no debe pensarse sólo para el deporte de competición o alto rendimiento: debe también sentar las bases de una nueva cultura al alero del deporte colocolino. No habrá sustentabilidad y sostenibilidad institucional si no se entiende que Colo Colo está llamado por su legado y representación, a ser uno de los modelos de política deportiva de país,  que resguarde el derecho al juego, el deporte, la recreación y cultura deportiva, para el conjunto de la familia y sociedad, encontrando en sus filiales, escuelas, categorías la respuesta del sueño de todo niño o niña por llegar a vestir la camiseta del primer equipo (independiente de la disciplina deportiva) o ejercer la ciudadanía deportiva como un ejemplo que transforma la realidad, dos vertientes que se ven representadas en un modelo inclusivo, donde todos finalmente caben, se ven representados y satisfechos en sus aspiraciones. 

Detectar, Desarrollar y Proyectar: ¿Cómo se tributa a la fórmula “60-40”?

La deseabilidad de disponer del 60% de jugadores en la alta competencia, formados en la casa grande de Colo Colo, no es más que invertir en ingeniería social, para detectar, desarrollar y proyectar respetuosa, progresiva y científicamente una forma de ser, que impregna y representa un linaje con sello y huella de una cultura inspirada en David Arellano y los sucesores. Es comprender que existe una antropología colocolina que marca en forma indeleble a quien llega a Colo Colo, para nunca más irse. Que juega, participa, compite, dirige, arbitra, conduce, colabora como un todo articulado por un sentimiento, una emoción colectiva indescriptible.

Para ello, debemos elaborar políticas proyectivas, con procesos innovadores, inclusivos, con sensores e indicadores que reducen el error, con protocolos de seguimiento y evaluación independientes y calificados. Para disminuir las brechas que hoy existen con la alta competencia internacional, debemos construir bases sólidas, para lo cual la Política Nacional de Deporte y las condiciones para la promoción de éste no alcanzan.

El proceso de reclutamiento y selección, formación y desarrollo del talento y preparación para la alta competencia, debe entenderse sobre la base de un modelo educativo diferente, entendiendo que quienes forman parte de las diferentes estructuras deportivas dentro de Colo-Colo, tienen necesidades diferentes y los modelos estructurados y lineales no bastan para alcanzar objetivos ligados trazados por la institución. Quienes se formen en nuestra institución, deben ser formados no solamente como deportistas de excelencia, sino como personas que encarnen desde y para Colo-Colo una concepción inclusiva, que se gesta en la diversidad, patrimonial, ambiental y sustentable que enorgullezca ser albo. La formación en Colo-Colo debe integrar no solamente las capacidades técnicas y físicas, sino el conjunto de aspectos y entornos del deportista.

Asimismo, quienes se incorporen a nuestra institución (el 40%), deben ser acogidos y convocados por Colo-Colo sobre la base de una escuela de valores sobre la cual se funde el bronce interior de cada colocolino/a, pues somos la representación más genuina del pueblo, rebelde, sufriente y capaz de superarse a sí mismo entre pares, que portan sueños y anhelos de progreso y bienestar, por lo tanto capaces de vencer la adversidad para saborear el buen vivir sin denostar al opresor pero sin aceptar la vulneración, orgullosos del logro, sin menoscabar al débil, en definitiva una escuela de lo posible, una forma de vivir contracorriente. 

CSD CC