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En marzo de 2014 Colo-Colo anunció la vuelta al básquetbol luego de 17 años de ausencia y uno de los jugadores elegidos para ser parte de ese proyecto fue Claudio Soto, quien junto a Fernando Schuler, fue uno de los dos jugadores que estuvieron en todo el proceso que se cerró en diciembre de 2015 con dos títulos: La Liga Nacional de Básquetbol 2014-2015 y la Copa Chile 2015.

El nacido en Punta Arenas aprovechó el confinamiento obligado por el coronavirus para conversar de manera virtual con los integrantes de las series menores de la rama de básquetbol del Club, instancia en la cual compartió sus experiencias como jugador y recordó su paso por nuestra institución.

“Independiente que yo sea colocolino desde pequeño, mi paso por Colo-Colo Básquetbol fue lo mejor que me ha pasado como jugador. Era impresionante el cariño que le demostraba la gente a ese equipo. Recuerdo que a los entrenamientos llegaba gente con bombos, banderas y bengalas y eso además de motivante, era una presión extra para todos”, comentó.

“Muchas veces había gente que no sabía nada de básquetbol, pero nos seguían a todos lados y pagaban su entrada solo porque éramos Colo-Colo. El amor del hincha colocolino hacia su equipo fue algo que marcó a todo ese plantel. Fue un tremendo reto vestir esa camiseta y poseo hermosos recuerdos que los tendré para toda la vida”, puntualizó.   

Dentro de sus recuerdos está el tercer partido de semifinales de la Liga Nacional 2014, cuando en el Boston College, Colo-Colo venció a Universidad de Concepción solamente con jugadores nacionales y con él volviendo a las canchas tras seis meses sin jugar por una larga lesión en su rodilla izquierda.

“Ese tercer partido llegamos sin Pervis Pasco (lesionado) y los expulsados (Erik Carrasco y McCullough) y lo ganamos gracias al apoyo de la gente y el corazón que puso cada uno dentro de la cancha. Yo no tenía expectativas para jugar y expulsan a Franco (Morales). Tuve que entrar obligado y afortunadamente respondí con un par de triples. Las hice todas, me tiraba al suelo, robaba balones y celebraba con la gente. Fue un momento único y maravilloso”, dijo el actual jugador de Las Ánimas de Valdivia.

Soto repasó toda su carrera deportiva, la que incluye pasos por Liceo Mixto, Municipal Quilicura, Universidad Católica y la selección chilena de básquetbol, con la que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Sudamericanos 2014.

“Calulo”, que en su paso por Colo-Colo usó la camiseta número 14 al reconocer su fanatismo por Matías Fernández y en homenaje a su tío Jorge Soto, ex basquetbolista de Punta Arenas, aconsejó a las promesas de nuestra rama de basket a seguir trabajando aún en tiempos de pandemia.

“Hay que tener paciencia, ya que más temprano que tarde vamos a volver al rectángulo que es lo que más queremos y en estos tiempos de pandemia el consejo es no quedarse y seguir trabajando la parte física y técnica y siempre hacer un trabajo extra, ya que eso marca la diferencia a futuro”, comentó.