Andrea Guerra quiere plasmar todo su talento y experiencia en la rama femenina de vóleibol del CSD Colo-Colo

La destacada armadora participó de la reactivación de la rama del Club en 2016 y en la actualidad es parte del staff técnico de las categorías menores.


Hablar de Andrea Guerra es hablar de Vóleibol. Comenzó a practicar este deporte a los 10 años y no se separó más de él ya que jugó en el colegio, con amigos, en la universidad y después ingresó a la competencia federada.

En el 2016, junto con un grupo de fanáticas albas, fue gestora de la reactivación de la rama de vóleibol femenino del CSD Colo-Colo y en la actualidad esta talentosa armadora busca plasmar toda su experiencia colaborando junto a Carlos Sarmiento en las series menores de la Institución de sus amores.

En conversación con “Pasión del Pueblo” Guerra, que además es socia al día de nuestra Institución, reconoce que su vínculo con Colo-Colo va mucho más allá de su participación con el equipo que en 2016 disputó la Liga A1 del vóleibol nacional.

“Mi familia ha sido colocolina de toda la vida, mi abuelo fue socio -encontré el carnet la otra vez- y la verdad es que, cuando se me dio la oportunidad de pertenecer a la rama como jugadora, no dude y dije que sí. Luego, por distintos motivos no pude seguir, pero siempre intenté estar involucrada apoyando de la mejor forma como entrenadora. También, al momento que me ofrecieron Colo-Colo lo vi como una oportunidad profesional, al poder aportar mi granito de arena en la institución”, dijo.

“Además, el Club Colo-Colo me postuló a “Héroes del deporte” del diario La Tercera y fue muy lindo poder recibir ese reconocimiento. Ahora, me toca estar como asistente técnico de Charly (Carlos Sarmiento). En algún momento me ofrecieron una de las categorías, pero no tengo tiempo todavía por estar estudiando (Magister de Coaching y liderazgo deportivo).

¿Cómo fue la experiencia de jugar en la reapertura de la rama?

Fue nuevo, porque yo había estado en otros clubes con mucha historia voleibolística, entonces, para la fecha yo no sabía mucho de los antecedentes de Colo-Colo, pero ver la masividad del hincha, darse cuenta de que no importa si es fútbol, voley, u otro deporte, siempre están allí alentando. Una vez, jugando en una instancia definitoria, llegaron más de 50 hinchas a apoyarnos con banderas y cantos que nosotros sólo habíamos escuchado en los estadios de fútbol.

Nosotros y nosotras como jugadores de vóleibol siempre tuvimos el apoyo de la familia y amigos, pero nunca nos habíamos encontrado con algo tan grande como Colo-Colo, con hinchas que te alientan sin importar si ganas o pierdes. Eso marcó mucho a las jugadoras que estábamos en cancha. Mis amigas de otros clubes quedaron impactadas con este apoyo. El grupo humano que estuvo detrás de esto estuvo increíble y nosotros pusimos nuestro granito de arena.

Condimento extra fue, además, que eran prácticamente un equipo que se conocía de años.

Éramos gente que había jugado junta en la universidad, y, además, jugábamos en contra algunas. Del equipo principal, eran todas jugadoras de una universidad en particular. Yo no era de ese plantel, fuimos rivales, pero siempre tuvimos muy buena relación entre todas. Cuando estábamos en la cancha hablábamos todas el mismo idioma.

Al final, nuestro único foco era dejar a Colo-Colo en lo más alto del deporte.

Posteriormente, ¿Cómo nace la idea de ser entrenadora?

Con el vóleibol yo no tenía en mis planes estudiar educación física ni ser entrenadora. Después de tener tanta experiencia entrenando dije “esto es lo mío”. Me gusta el deporte de alto rendimiento, es grato, y haciendo los cursos, me fui dando cuenta que tengo llegada con las niñas, las que han empezado a sentir cómo vibramos nosotras con el deporte.

En mi etapa final como jugadora, lo conversé con algunas personas del club, manifestando mi intención de colaborar en el equipo como parte del staff técnico de Colo-Colo. Es mucha pega, pero siento que somos muy profesionales para hacerlo, falta mucho por hacer, pero trabajando juntos vamos por buen camino.

El año pasado se me dio la oportunidad de trabajar en el staff de Colo-Colo, no pude en esos momentos por temas educacionales y ahora se me abrió un poco el espacio para trabajar como ayudante. Con el tiempo, las niñas me han ido conociendo, entienden que mi forma de entrenar es completamente distinta a la de Charly, pero nos complementamos muy bien en ese aspecto.

¿Qué es lo que tiene que hacer Colo-Colo para equipararse con instituciones con mayor trayectoria en este deporte?

Creo que nos faltan años de jugar. En estos 4 años desde la reapertura de la rama todavía somos vistos como un “equipo en pañales” por las grandes instituciones que llevan más de 50 años en el voley, y pese a eso, nos invitan de más clubes a campeonatos de ellos, nos hemos dado a conocer.

Como rama de vóley nos faltan más cimientos porque los del club ya están. Nos hace falta que las chicas vean a competidoras más grandes y digan “quiero ser como ellas”, porque todavía siento que falta un poco de identidad. En cambio, yo me formé en providencia a los 9 años, y hasta los 22 jugué allí, y para atrás ya tenía 30 años más -y de eso- han pasado 25 años, entonces estamos hablando de equipos longevos.

 

Nos falta seguir, no agotar lo que se ha formado en estos 4 años.

¿Cómo has visto a los equipos de la rama?

En general, estoy con ellas durante la semana y no puedo acompañarlas a los partidos. Es un poco complicado no ver los frutos de lo que se entrena, pero ha sido súper rico, las niñas han tenido una muy buena recepción hacia mí. Muy pocas de las grandes me conocen, con alguna jugué en los primeros años del Club; otras me conocen por otro lado, y con las más chicas nos hemos ido nutriendo.

Una vez me tocó dirigir a un partido de la sub-14, y no conocía a todas las jugadoras que se presentaron a jugar. Pudimos salir adelante, se complementaron conmigo, entendiendo lo que yo quería, encontrando el equilibrio que nos permitió ganar. Mi trabajo es empezar a hacer el trabajo en equipo, que su cabeza esté conectada en un 100% con lo que están haciendo.

¿Cómo ves a los equipos más chicos, que serán el futuro del Club?

Todavía estamos en engranaje, pero campeonato a campeonato eso va a mejorar. La sub 14 tiene un grupo de 7-8 niñas formado desde el año pasado, tienen el fiato y eso es muy importante. Es un equipo que tiene mucho potencial, pero no hay que olvidar que son niñas que le falta mucho trabajo por delante. Si de aquí a 4 años, nosotros logramos mantener a las jugadoras, vamos a tener un equipo de muy buen nivel.

No es menor lo que hemos logrado en estos 4 años. Existen equipos que no logran tener planteles definidos, y acá nosotros nos hemos encontrado con un interés tal, que permite el desarrollo paso a paso del deporte. Necesitamos más experiencia, más competencias, participación en general. Si bien tenemos varias niñas entrenando en las categorías en general, no es suficiente para llevarlo en la ecuación ganar o perder. Por eso lo importante es tomar cada campeonato o partido disponible para seguir mejorando.

¿Algún consejo para el Club?

Conversar con los clubes que tienen más años, ver cuál ha sido su dinámica. Tomar los aciertos de estas instituciones y ver la forma de aplicarlos. Se podría pedir un poco más de asesoría, buscar personas puntales para necesidad que tengan las ramas.

¿Te proyectas en Colo-Colo?

Sí, me proyecto en el club, sería lindo tener una categoría. Creo que por ahora es el tiempo lo único que no me permite estar en los campeonatos con ella. Ya se dará, el tiempo lo dirá.

 

CSD CC